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La Villa de Ayerbe, situada en el Prepirineo, entre el llano y la montaña, se encuentra en un entorno excepcional que conjuga importantes muestras de patrimonio cultural y natural.

Por sus inmediaciones pasa la antigua calzada romana que llevaba de Caesaraugusta (Zaragoza) con el Béarn francés (Item a Caesarea Augusta Beneharno), uno de los principales pasos transfronterizos de los Pirineos. En el siglo XII Ayerbe también cobró gran importancia por su situación intermedia entre los Pirineos y Zaragoza, ya que siendo un lugar de paso se convirtió en una típica población de francos, de calles estrechas y paralelas, con comercio y hospedaje en su recorrido.

Su conjunto urbano, presidido por dos bellas plazas, son el centro de la vida de la Villa, donde se han celebrado a lo largo de los siglos ferias y mercados.
En la denominada “Plaza Baja” o Plaza Ramón y Cajal, se alza la majestuosa presencia de la torre del reloj, una singular torre de casi 30 metros de altura y uno de los emblemas de la localidad. A su lado preside la plaza el Palacio de los Urriés (siglo XV-XVI), un bello ejemplo de arquitectura palacial renacentista en Aragón.
Otros monumentos como la torre románica de San Pedro y la iglesia parroquial, antiguo convento de dominicos en el siglo XVI, nos sorprenden en nuestro paseo por Ayerbe.
Pero el orgullo de esta localidad es el haber contado como vecino a D. Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1906 que vivió aquí su infancia y juventud. Como homenaje, se construyó un centro de interpretación sobre su vida y obra en la casa donde vivió
Existen otros lugares de interés como el magnífico Santuario de Nuestra Señora de Casbas (siglo XVIII) con una espectacular decoración pictórica interior, la ermita de San Miguel, de origen románico, cerca de los restos del castillo de Ayerbe (siglo XI), la ermita de Santa Lucía, pequeña joya románica, o la ermita de San Pablo, modesta construcción del siglo XIX.

No podemos desaprovechar la ocasión de acercarnos a sus panaderías y degustar las famosas tortas de Ayerbe y el “refollao”, postres típicos de esta localidad, o probar buenos productos autóctonos como el vino, el aceite o la miel entre otros.

Ayerbe ofrece un paisaje de contrastes, de colinas y llanos salpicado de campos de olivos, almendros y cereal. Aparecen retazos de antiguos bosques de carrascas, pinares y matorral mediterráneo con pequeños arroyos que enriquecen el paisaje. Un ejemplo de paraje natural es La Fontaneta, un estupendo lugar arbolado cercano al casco urbano, paralelo a un pequeño río y con sendas en el recorrido, todo un remanso de paz para disfrutar de la naturaleza.

Situada en el Prepirineo, entre el llano y la montaña

La Villa de Ayerbe se encuentra en un entorno excepcional que conjuga importantes muestras de patrimonio cultural y natural.

Publicado porCentro de Interpretación Ramón y CajalDonde estamosMapaShare

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