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Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Antes de la restauración

La Diputación Foral de Gipuzkoa adquirió el año 1993 el caserío Igartubeiti, respondiendo a un claro deseo de preservar este edificio como un exponente destacado de la arquitectura vernácula y del ambiente rural del Territorio Histórico de Gipuzkoa, de forma que pudiera ser conocido, valorado y disfrutado por las generaciones venideras.

Todo ello en un momento en el que este tipo de arquitectura y el modo de vida que lo había originado presentaban un importante riesgo de deterioro, cuando no de desaparición.

Los trabajos de restauración que se llevaron a cabo a lo largo de los años tuvieron como objetivos claros la recuperación de este caserío con el máximo rigor científico y su difusión a partir de un criterio museológico.

Para lograr estos objetivos se contó con un equipo multidisciplinar especializado en: arqueología, arquitectura, etnografía, historia, museología, restauración…

La actuación en sí misma resultó un reto por la falta de modelos que abordaran la intervención desde tantos y tan variados puntos de vista.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Restauración de Igartubeiti

Filosofía de la intervención

El caserío Igartubeiti, desde su creación hasta nuestros días había sufrido modificaciones, derribos parciales, pero siempre como un ser vivo, con unas funciones claras de habitabilidad y producción. Con la intervención, desaparecen esas funciones, destinando a la investigación y la difusión.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-El desván antes de la restauración

Había que escoger de entre sus 450 años una época concreta en la que detener la vida evolutiva del caserío.  Por ello se marcó el año 1630 como referencia a la hora de dirimir alternativas reconstructivas u otras situaciones en las que el concepto tiempo cobraría un valor fundamental.

La finalidad de la intervención no se limitaba exclusivamente a la restauración pura de los elementos sino que tenía como objetivo final la divulgación didáctica.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-El espacio del secado del maíz antes de la restauración

Trabajo arqueológico

Tras la limpieza y una primera valoración de las estructuras que conservaba el caserío, se realizó, para conocer los elementos originales del mismo, una intervención arqueológica. La finalidad de esta intervención era la documentación de los posibles restos arqueológicos que se pudieran conservar en el caserío.

La primera actuación consistió en la excavación del subsuelo del caserío. El objetivo era la localización de estructuras del siglo XVI, aunque los resultados fueron negativos. Sin embargo, se descubrieron restos de una estructura de habitación previa al caserío, un “fondo de cabaña”, bajo el suelo de la vieja cocina. Se trata de una estructura perimetral formada por 23 postecillos de madera. El primer ejemplar de arquitectura rural permanente de la Edad Media localizado en la vertiente cantábrica del País Vasco.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Restos del fondo de cabaña

Se trata de un elemento anterior, una secuencia constructiva que había precedido en el lugar a la ocupación que inaugura el caserío.

La presencia documental aporta indicios fiables de que la familia propietaria y fundadora del caserío renacentista, parece haber tenido una vinculación secular con el solar donde hoy se asienta el edificio. Así, algunos documentos de los siglos XIV y XV permitían afirmar que su solar había estado ocupado desde la Edad Media por una familia de labradores libres, a los que las fuentes escritas denominan Yartua o Iartu.

En otro de los sondeos apareció en la habitación contigua a la cocina, un agujero de dimensiones regulares al retirar el entablamento del suelo. Un “zulo” o agujero disimulado para la ocultación de objetos valiosos, alimentos, en momentos de inestabilidad social, económica y política. Aunque sin cronología concluyente, se ejecutó con posterioridad a la ampliación del XVII. Lo más razonable es vincular este escondite con episodios como la ocupación francesa de principios del siglo XIX, las dos guerras carlistas o incluso la guerra civil de 1936-37 y el periodo de postguerra de ese mismo conflicto.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Zulo

Documentación de las estructuras existentes antes de la restauración

Tras haberse optado por la consolidación estructural del caserío fue imprescindible el desmontaje total, pieza a pieza, del mismo para lo que se planteó la necesidad de proceder a una operación específica en sí misma en la que se contemplaban el siglado pormenorizado de cada pieza, su desmontaje documentado, registro, clasificado y apilado provisional hasta su reconstrucción posterior.

La segunda fase del trabajo arqueológico fue la documentación de las estructuras existentes. Para ello se numeraron una a una todas las piezas que componían el caserío, desde los pilares principales, hasta las piezas estructurales menores, mediante etiquetas de plástico de color azul con la numeración grabada, de las que se emplean para identificar cabezas de bovino. Para el señalamiento, adquiría particular importancia conservar la orientación de la pieza. Para lograrlo, se estableció y cumplió un protocolo. A continuación se dibujó y localizó cada una de las maderas, acompañándola de su número de identificación.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Etiqueta

Toda esta información se plasmó en los planos, lo que permitió conocer la ubicación de cada pieza una vez desmontado el caserío.

Al estudiar las piezas de la estructura y conocer su ubicación en el edificio actual se pudieron identificar algunas que perteneciendo a la construcción original del siglo XVI, habían sido cambiadas de sitio y formaban parte de la ampliación del siglo XVII, como los postes de la fachada actual.

La señalización también garantizó la recolocación de las piezas en su lugar de origen durante la reconstrucción del caserío sin posibilidad de error para minimizar lo máximo posible la reconstrucción arbitraria de la estructura.

Además se realizó un registro de las piezas con anotaciones y comentarios en los que se recogían datos relevantes: cambios de ubicación, incorporaciones muy recientes, estado de conservación, etc., que se consideraron importantes para valorar los elementos que volvieron al edificio de forma íntegra o tratados con injertos y los que hubo que guardar o desechar por su singularidad en el primer caso, o por encontrarse en un estado irrecuperable o ser irrelevantes en el segundo.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Tablas antes del desmontaje

Otro apartado importante dentro de la actividad de documentación fue la elaboración del molde de la estructura de habitación descubierta en el caserío.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Molde cabaña

Criterios de intervención

Las aportaciones de nuevos materiales fueron objeto de muy particulares cautelas. Las tablas aportadas fueron viejas, procedentes de reempleo, de idéntica especie, calidad y acabado que las que complementaban. Lo mismo debe decirse de las piezas de madera empleadas para reponer piezas perdidas o para suplementar otras parcialmente deterioradas, todas ellas piezas reutilizadas procedentes de derribos, muy cuidadosamente seleccionadas entre materiales que acreditaban antigüedades superiores a los dos siglos.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Caserío

Soluciones aplicadas

Las protecciones

Los restos arqueológicos se protegieron con lámina de polietileno, relleno de arena y remate superior en hormigón pobre.

Los muros

Se recuperaron los revocos. El mortero empleado originalmente fue de cal y arena. Para su reproducción se empleó cal hidráulica natural, amasada con arena amarilla y árido fino obtenido por machaqueo de la piedra pizarrosa local. Se incorporaron a este mortero de cal aditivos acelerantes de fraguado e impermeabilizantes que, al tiempo, le confieren un teñido ligeramente terroso.

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Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Mortero

Estructura de madera

Las piezas desmontadas se sumergieron en un depósito lleno de solución tratante, fungicida e insecticida, hasta la saturación de las fibras, comprobada por el cese de consumo de producto. Una vez tratada y alimentada la madera, se procedía a su saneado y limpieza mecánica.El desmontado facilitó la limpieza y recuperación de masas de las piezas en condiciones próximas a las de taller o laboratorio. La limpieza se llevó a cabo con medios mecánicos, sierras, azuelas, cepillos y formones.

Las recuperaciones se llevaron a cabo con madera de especie, veta y grano idénticos al de la pieza reparada. La madera para los suplementos se obtuvo de piezas antiguas y secas, con un nivel de humedad idéntico al de la pieza reparada.

Previamente a las labores de remontado, se llevó a cabo un experimento de encolado, una cola de resina epoxídica especialmente elaborada para unir piezas de hormigón.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Piezas restauradas

Los pavimentos

Las losas de piedra se han limitado al amplio zaguán del caserío y, dentro de éste, sólo en su sector central, sin abarcar el acceso a la cuadra.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Pavimento del soportal

La tarima de madera se ha reservado para los dormitorios situados en el flanco oriental de la planta que ocupan toda este ala de la ampliación del siglo XVII y, como es natural, para todo el piso alto. Estos suelos se dejaron en su nivel original, excepto en el área del dormitorio principal afectada por el enterramiento del arca, en la que se dispuso un hueco bajo los solivos.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Tarima de madera

La arcilla apisonada abarca todo el resto de la superficie de la planta baja.Se ha empleado una mezcla de arcilla oscura especialmente seleccionada con aglomerante de cal y un porcentaje de excremento de vacuno para lograr el color, textura (y aroma) requeridos.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Suelo

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Suelo

La construcción de la prensa

Su reconstrucción debía emplear piezas libres de productos, como los insecticidas, susceptibles de perjudicar la calidad y salubridad del producto, por lo que se optó por hacerlo con madera nueva. Los sovigaños son piezas de madera con una sección desmesurada, del orden de 0,60×0,60 m2, se admite que para garantizar la rigidez del conjunto. Lo curioso es que estas tremendas vigas apoyan en dos piezas, la marrana por la parte del frente y la ballesta por el fondo, con secciones notablemente más modestas. Esta paradoja alcanzaba límites inexplicables en la ballesta, pieza así llamada porque las piezas conservadas presentaban, casi todas ellas, sus extremos libres de cualquier apoyo.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Descargando la viga del lagar

Sobre los sovigaños, separados por interdistancias que no cubren vez su abultada sección, se apoya la masera, grueso entarimado con un espesor de 12-14 cm dotado de alguna pendiente labrada a azuela de modo que escurra controladamente el mosto de las manzanas que se prensan sobre ella. La masera se limita por las cantaleras, suerte de cartolas o parapeto bajo, con un resalte no superior, en principio, al medio metro y con tablas horizontales más destinadas a limitar el área de trabajo que a contener la carga de manzana, pues ésta no debe entrar en contacto con ellas.

Sobre ellas gravita el brazo de la prensa, con el tornillo, la tuerca y la pesa o péndola. El brazo es una pieza sencillamente enorme, para cuya confección fue preciso labrar el tronco de un árbol expresamente elegido.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Descargando la viga del lagar

La péndola, de piedra compacta local, ofita, se labró igualmente al efecto, con un mecanismo de enganche deducido de otras piezas conservadas. El tornillo que enlaza y gradúa todos estos esfuerzos es, como debe, de madera tallada aunque, suprema herejía, en madera tropical, mucho más estable que las disponibles procedentes del terruño.

Restauración del caserío Igartubeiti-Husillo

Se ha podido llegar a disponer de la documentación suficiente para reconstruir la totalidad del lagar de viga típico del siglo XVI a partir de los escasos restos que han llegado hasta nosotros entre la estructura del caserío y tras su comparación con otros elementos similares o complementarios de otros caseríos de la época, incluso en lagares de zonas de Castilla, Andalucía, Canarias o Portugal.

La pesa de piedra y la viga del lagar fueron diseñadas a partir de la investigación llevada a cabo a partir de la documentación y datos de campo, tras años de estudio. En cuanto a la primera, se eligió la roca de mayor densidad del lugar como es la ofita. En zonas adecuadas de la comarca se buscó un bolo natural propicio para su transformación, es decir coherente, de tamaño correcto, sin vetas ni fisuras, cercano a caminos o carreteras y sin demasiadas dificultades de extracción y adquisición. Se dirigió el corte y tallado en el taller y se elaboraron las pequeñas piezas de encastre al eje a partir de otros lagares similares.

Igartubeiti K6-Igartubeiti baserriaren zaharberritzea-Sarrerako ardatza

El husillo del lagar pasa desde la planta alta a la inferior y se une a una gran pesa de piedra que descansa sobre el suelo, en un lateral de la cocina

Para la elaboración del eje roscado se tomaron los datos de los restos de otros ejes aparecidos años atrás en caseríos de la época, se diseñó la nueva pieza con arreglo a las nuevas medidas, se determinó la calidad de la madera, resultando ser el roble nuevo la más idónea. La pieza roscada de 6 mts de longitud se torneó en un taller especializado.

En la manufactura de la viga de roble nuevo de 10 metros de longitud y con una sección de casi medio metro en cuadro fue necesario buscar el árbol idóneo en Lapurdi ya que en los bosques habituales de suministro no existían ejemplares de tales medidas. El proceso completo desde la tala del árbol, pasando por su escuadrado en el aserradero hasta su transporte y colocación en el caserío fue objeto de un estrecho seguimiento y fue debidamente documentado, como cada uno de los otros ciclos de elaboración de los distintos elementos de la restauración.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Roble

Acabado final

Cocina
El primer paso fue procurar reproducir el ambiente negro que tenía que dominar en el local ya que el hogar no tenía tiro (sólo existen tres orificios en la pared de enfrente), por lo que prácticamente todo el humo y el hollín quedaban en la habitación, saliendo sólo por los vanos (puertas y ventanas) y filtrándose por las ranuras existentes en las paredes, contaminando en parte todas las áreas cercanas de los locales colindantes y de la primera planta. Para ello se realizó una pasta compuesta básicamente de aguaplast mezclado con pigmento negro humo, tierra de sombra quemada y cola blanca, que se aplicó a brocha. Debido al reflejo de la luz exterior sobre las losas de piedra gris que se habían colocado en el porche hacia el interior, el color negro humo aplicado falseaba especialmente a la altura de la puerta y las ventanas. Para intentar evitar tal efecto, se impregnó nebulizando a pistola, toda la cocina de cera virgen muy diluida en aguarrás. teñida a su vez de color negro, de forma que también se lograra dar el aspecto de grasiento.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Entrada

Cuadra

Para envejecer toda esta zona y tomando como ejemplo la tonalidad de las maderas del gailur, se creó un color a base de agua marrón-negruzco mate para unificar el conjunto, aplicado con un nebulizador para luego matizarlo y ensuciarlo por zonas.

Sobre las vigas se crearon, con polvo, las huellas del paso del tiempo, mientras que para reproducir el paso de los animales se preparó una mezcla de barro, hierba fresca, heno y color, lanzándolo hacia la parte baja de las paredes y las vigas portantes, imitando a las salpicaduras.

Más difícil fue disimular la madera nueva muy clara con la que se habían realizado los comederos de las vacas. Se solucionó, además de con colores y salpicaduras de barro, provocándoles golpes, arañazos y todo tipo de manchas.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Pesebres

Habitaciones

Lo primero que se hizo fue decapar y así hacer desaparecer todos los restos de pinturas y dejar la madera preparada para la siguiente fase. Se realizaron diversos colores dentro de la misma gama y se aplicaron con el nebulizador, de forma no uniforme, hasta conseguir el aspecto de la patina antigua.

Fachada exterior y puertas de acceso

En cuanto a las puertas de acceso, se mojaron diariamente con chorros de agua dejándolas secar al sol para así provocar un envejecimiento natural.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Fachada de la cocina

Fachadas del siglo XVI

Una vez alcanzado un punto de decoloración adecuado y tras esperar a que se secara muy bien, se realizó la labor de maquillaje, ya que la madera decolorada adquiere una tonalidad amarillenta que había que eliminar. Se recurrió a diferentes materiales desde colores acrílicos y temperas a tierras y ceras, en fin todo aquello que siendo reversible sirviera para alcanzar el efecto deseado. Al final, en el fondo, se trató de ejecutar una pintura mural, sin que lo pareciera, jugando con efectos cromáticos cuya visión resultara de envejecimiento natural.

Igartubeiti K6-Restauración del caserío Igartubeiti-Fachada del siglo XVI

Igartubeiti baserriaren zaharberritzea
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