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Los Mallos. Caprichos de la erosión

Espectaculares a la vista e inmejorables para la práctica de la escalada son estas grandes paredes verticales o redondeadas formadas por rocas o conglomerados, que aquí se denominan “mallos” y que son característicos de la Hoya de Huesca.

Algunos presentan colores rojizos debido a los materiales ferruginosos que contienen, que se acentúan al atardecer.

Una visita a los Mallos de Riglos, Vadiello y Agüero, así como al Salto de Roldán te permitirá observar aves rapaces, disfrutar de la naturaleza en perfecto estado de conservación, practicar escalada y relajar la vista con un espectáculo único.

Mallos de Vadiello

En un entorno singular y especialmente bello con el embalse del mismo nombre en la parte central, se levantan estas formaciones de conglomerados, grandes paredes verticales aisladas, denominados mallos. Los de aquí son conocidos como los Mallos de Ligüerri, y están dominados por los monolitos la Mitra y el Puro, junto con el barranco de Isarre en el que se encuentra la ermita de San Chinés. Otro de los símbolos pétreos de Vadiello es el “Huevo de San Cosme”. Una larga lista entre la que se encuentran la Patata, los Pepes, también llamados mallos d’Aliana, Lazas, las Crestas del Borón, el pico San Jorge, más los barrancos de Escomentué, del Diablo, de Lazas y la Canal del Palomo, en los que puede ver gran cantidad de buitres leonados.

En los mallos de esta zona son redondos y forman un macizo pétreo ideal para los amantes de la escalada.

Este idílico y solitario paraje que forma el agua del embalse, el propio río y sus barrancos y los monumentales Mallos que lo rodean, es una visita obligada para todo aquel que desee conocer el Parque Natural de Guara y disfrutar de la naturaleza y el silencio, a tan sólo quince minutos de la ciudad de Huesca. Ocupa parte del desfiladero del río Guatizalema, al pie de los Mallos de Ligüerri.

Asimismo, en la zona del embalse se encuentran los barrancos de Escomentué, del Diablo, de Lazas y la Canal del Palomo que cobijan numerosas buitreras.

Desde este punto el visitante puede practicar el senderismo a enclaves como la ermita rupestre de San Chinés o a la de San Cosme y San Damián, o bien observar los múltiples rapaces que aquí habitan. Para los más atrevidos, la escalada en los Mallos o la espeleología en las cuevas del entorno son las dos alternativas estrella.

Mallos y embalse de Vadiello

Mallos de Riglos

Impresionantes y únicas son las panorámicas que muestran el conjunto formado por los mallos de Riglos y las casas del casco urbano, visibles desde varios puntos del territorio, algunas presentan estampas tan bellas como la vista al atardecer desde Murillo, o la más extensa desde el Mirador de los Buitres.

Paredes verticales que alcanzan los 300 metros de altura, asentadas junto al pueblo y al curso del río Gállego estos conglomerados calizos se formaron en el Terciario y fueron más tarde erosionados por el agua, la lluvia y el viento hasta formar las paredes actuales, de color rojizo debido a la existencia de hierro y arcillas que resulta espectacular a la caída del sol. Formaciones como el Puro, Mallo Pisón, Mallo Visera y Mallo Firé constituyen los mallos de Riglos.

Riglos y sus mallos son un paraíso para los escaladores, entre quienes son famosos y conocidos internacionalmente, y para las aves rupícolas, que tienen su hábitat en las múltiples oquedades que se producen en los mallos. Estas aves, en su mayoría rapaces protegidas, pueden verse sobrevolando el territorio.

Vista panorámica de los Mallos y pueblo de Riglos
Mallos de Riglos

Mallos de Agüero

Majestuosos se alzan estos monolitos de piedra junto al casco urbano de Agüero, que hacen de la localidad su sello de identidad.

Estos mallos están formados por conglomerados, cuyo origen está en la acumulación de partículas sólidas procedentes de la destrucción de los relieves pirenaicos, depositada al pie de la montaña por el río Gállego, formando un gran cono de deyección. El aspecto actual de losMallos se debe a la erosión. Su forma y altura los convierten en lugar idóneo para la práctica de la escalada y otros deportes, además de para la observación de colonias de rapaces, que anidan en este medio.

Entre las formaciones, el monolito de Peña Sola, creado por fractura de una gran masa, sobrepasa los 200 metros en su vertiente oeste. Para la escalada existen varias vías por Peña Sola. No son mallos muy elevados, sin embargo, están poco masificados para este deporte.

Vistas de los Mallos y el pueblo de Agüero

Grandes paredes verticales o redondeadas formadas por rocas o conglomerados

Estas paredes son característicos de la Hoya de Huesca.

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