Sobre un inexpugnable risco, sólo accesible por la cara sur, se construyó un castillo en el siglo XI desde el que se dominaba el Mascún entre las localidades de Otín, en su tramo medio y Rodellar, en su desembocadura. La ermita se halla dentro del conjunto defensivo que constituye el castillo de Mascún, en la zona norte de la plataforma inferior que constituye la cumbre, sobre el escarpe del lado este.
Más tarde, en el siglo XII el lugar se santificó con la construcción de este pequeño templo románico en honor a Santa María con sillarejo regular escuadrado y mampostería. La iglesia consta de una parte correspondiente a la fábrica original (siglos XI-XII) y otra fruto de la ampliación efectuada en los siglos XVII-XVIII. La parte original constituye una pequeña nave rectangular con bóveda de medio cañón y ábside semicircular con bóveda de cuarto de esfera. La entrada se ubicó a los pies, con puerta de arco de medio punto con grande dovelas y bisel corrido. El pavimento era de cantos rodados. En época moderna se añadió otro cuerpo rectangular que alargó la nave.
La devoción popular congregaba a los vecinos en este lugar cada 25 de marzo, día de la Encarnación, en torno a esta bella talla románica de la Virgen. La imagen es del siglo XII y está hecha en madera policromada. Se conserva en el Museo Diocesano de Huesca.
