Es una obra de gran interés, tanto por su antigüedad (es el más antiguo de la provincia de Huesca junto al crucero de La Puebla de Roda) como por la calidad artística de su realización, que a pesar de cierta tosquedad, muestra un trabajo inusual en elementos de este tipo en la zona ribagorzana.
Cruz en tres piezas, sobre basamento de piedra de dos gradas, compuesta por un fuste anclado en un podio octogonal, un tambor octogonal que alberga representaciones de santos, obispos y mártires en hornacinas bajo arcos conopiales y coronado por la cruz propiamente dicha, con las figuras del Crucificado y de María. Repite el esquema de la cruz procesional (astil, manzana y cruz).
El fuste es de sección octogonal, apoya sobre un basamento cuadrangular escalonado y sostiene un capitel también octogonal, rematado por una cruz, agrupándose toda la labor ornamental e iconográfica en estos dos últimos elementos.
La cruz es flordelisada y de proporciones latinas, está recorrida por una decoración a base de bolas en sus esquinas facetadas y en sus frentes principales, donde se combinan con una tracería reticular que enriquece la presencia , respectivamente, de Cristo crucificado y la Virgen sosteniendo al Niño. El prisma inferior acoge a un reducido santoral, ocho imágenes cobijadas en sendas hornacinas de arquillos trilobulados sostenidos por pilastras de basa clásica, formada por toros y una escocia, y exterior adornado con las mencionadas bolas y pináculos de carácter vegetal. Finalmente, la disposición impuesta por el medio octogonal se repite en toda la parte inferior, labrada con motivos de cardina bajo los personajes y florales en las separaciones. El programa iconográfico presenta a un santo abad que ha sido identificado con San Victorián (báculo y hábitos monacales), a San Pedro, San Jorge, Santa Bárbara, Santiago peregrino y la tríada de arcángeles, Rafael, Gabriel y Miguel, sobre los que se sitúan Cristo y la Virgen María. La figura del octógono se puede interpretar como figura de intermediación entre la Tierra y el Cielo.
Los relieves denotan cierto estilo popular o rural, con rostros inexpresivos y pliegues realizados a base de líneas más o menos concéntricas que encierran un óvalo en su interior.



