El alfolí y las salinas son las dos estructuras básicas utilizadas desde la edad media para extraer y tratar la sal en Gerri. A un lado de la Noguera Pallaresa, entre el río y el pueblo, las salinas son estructuras de planta irregular, hechas con muros de piedra de diferentes formas y revestidas de barro, donde se conducía el agua de una fuente salada cercana al pueblo. Una vez estancada en estas balsas, sólo había que esperar a que el calor evaporara el agua (proceso conocido también como “mina Ofita”) y recoger la sal depositada en unas superficies planas de piedra enmarcadas con tablones de madera.
El alfolí era el almacén de esta preciada sustancia, un edificio histórico que representa uno de los elementos patrimoniales más importantes del Pallars Sobirà. De planta rectangular y con tres niveles, actualmente acoge la musealización de todo el proceso industrial. Ubicado en la plaza Mayor de Gerri, se trata del edificio civil más grande en planta de todo el Pallars.
En su período de máxima actividad, la sal se transportaba desde las salinas hasta el almacén al final del verano. Una vez llegaba, se pesaba y se almacenaba en las naves inferiores, utilizando trampillas situadas en el suelo de la primera planta, que todavía se conservan. En la planta baja, la sal se molía y empaquetaba para su venta. En 1925, se incorporó un molino para satisfacer la creciente demanda de sal fina.
Finalizada la explotación salina ya bien entrado el siglo XX, actualmente el alfolí y las salinas permiten al visitante conocer el proceso de producción, transformación, almacenamiento y comercialización del oro blanco, la sal.





