En 1947 tiene lugar el primer Mercado de la Trufa Fresca de Graus, el mercado de trufa más antiguo de España. Ha sido mercado de referencia durante mucho tiempo, hasta los años ochenta del siglo pasado. Actualmente es un mercado abierto a todo el público donde la gente también puede degustar tapas elaboradas con trufa. Sus destinatarios han sido siempre los profesionales de las empresas más importantes dedicadas a la exportación o la transformación del producto.
El antiguo, y casi clandestino Mercado de la trufa negra de Graus se empieza a realizar en el Hotel Lleida de Graus. En este lugar es donde se reunían los recolectores de trufa y compradores. Este mercado se realizaba los lunes coincidiendo con el mercado semanal de Graus, concedido por el rey Felipe II en el año 1588. El mercado comenzaba por la tarde, cuando bajaba el autobús del Isábena con los cestos y las alforjas de trufa. Venían también recolectores de Benasque, Aínsa o de La Fueva, así como de los alrededores de Graus.
Entre los años 1947 a 1975 se puede hablar de los “años de oro” de la trufa negra en Graus. Por supuesto, esta trufa negra sigue siendo la que se recolectaba en los montes y bosques de la zona.
Los tiempos han cambiado y las formas de trabajar también. Ahora, el móvil y otras tecnologías son el método de comercialización. No obstante, Graus mantiene su condición de mercado y, desde el año 2008, la Asociación de Recolectores y Cultivadores de trufa de Aragón organiza un nuevo mercado los sábados. Una sala abovedada de la Casa de la Cultura en la Plaza Mayor alberga las tardes de los sábados durante la temporada de recogida (diciembre a marzo), un mercado de trufa al detalle y por lotes. Con esta iniciativa se ofrece la trufa directamente al pequeño consumidor, divulgando este producto bastante desconocido por el ciudadano de a pie. A diferencia de lo que ha sucedido tradicionalmente en los mercados de trufa, aquí se ve, se huele y se toca el producto que podemos comprar. El consumidor final pasa a ser el comprador directo de la trufa.

