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Exposición compuesta por fotografía histórica y confrontada con fotografías actuales de los mismos planos que muestran la evolución del paisaje de Ezkio-Itsaso y su entorno. La casi totalidad de las fotografías históricas son de Indalecio Ojanguren Arrillaga (1887 – 1972), conocido como el Fotógrafo Águila, relevante fotógrafo eibarrés de principios del siglo XX que destacó por la fotografía paisajística producto de su afición montañera. Precisamente una de las fotografías de la exposición es de otro fotógrafo eibarrés, Juan San Martin. Las fotografías actuales las ha realizado Carlos Mediavilla, miembro de la asociación Ikatza de Legazpi y colaborador de Igartubeiti.
Los paisajes de las zonas rurales y de los municipios de Urola Garaia han sufrido y sufrirán muchos cambios a lo largo de su historia. Los primeros poblados de campesinos en los valles vascos surgieron en el siglo IX y vivían en pequeños grupos de chozas de madera, en torno a pequeñas iglesias. Más tarde, en torno al año 1.000 se crearon las primeras chozas diseminadas. En aquella época, los campesinos pagaban impuestos a los señores feudales para poder cruzar puentes o utilizar molinos, y también por la seguridad que estos les proporcionaban en tiempos de guerra.

En los siglos finales de la Edad Media la violencia de los guerreros feudales sembró el terror entre los campesinos de los valles vascos. Entonces los labradores buscaron la protección de las ciudades o incluso como hicieron los vecinos de Ezkioga y Zumarraga pidieron al rey que les fundara una villa amurallada para defenderse. Esto es lo que hizo Pedro de Yartua el dueño de la casa de Igartu, quien impulsó en 1383 la construcción de la Villa Real de Urretxu, una pequeña ciudad situada en el fondo del valle con un alcalde que en nombre de la autoridad del rey les podía defender de los abusos de los señores de la guerra.

Los primeros caseríos se crearon a finales del siglo XV, sobre las antiguas chozas de La Edad Media, manteniendo su nombre. Más tarde, en el siglo XIX, época de guerras, revoluciones y cambios, la llegada de la industrialización provocó el abandono de muchos caseríos. En los amplios valles de las zonas rurales se han ido asentado fábricas, edificios de viviendas, presas, minas, abastecimiento eléctrico, autovías y trenes para abastecer a la población.
En aquellos tiempos la fe se vivía con gran intensidad en los caseríos. En el verano de 1931 unos/as niños/as de Ezkioga asistieron a la aparición de la Virgen María al pie del caserío Igartubeiti. Millares de peregrinos acudieron aquí durante meses para contemplar estas visiones milagrosas.

Actualmente nuestro entorno se enfrenta a la llegada del tren de alta velocidad, que pasará a formar parte de nuestro paisaje dibujando nuevos significados y marcando una nueva huella visible en nuestro día a día.

Project co-financié par le Fonds Européen de Devoloppement Regional (FEDER)
Proyecto cofinanciado con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)
Projecte cofinançat pel Fons Europeu de Desenvolupament Regional (FEDER)
Eskualde Garapeneko Europako Funtsarekin (EGEF) batera finantzatutako proiektua

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