En lo alto del cerro de San Miguel que domina la villa de Ayerbe, en la comarca de la Hoya de Huesca, se alzan los restos de una antigua fortaleza conocida como “Os Muros“. Por los restos el templo debió de ser de considerables dimensiones. Aunque hoy sólo quedan fragmentos de sus muros, este castillo fue testigo de siglos de historia, guerras y cambios de poder.
El castillo de Ayerbe está incluido dentro de la relación de castillos considerados Bienes de Interés Cultural.
Lo que queda hoy
La historia del castillo de Ayerbe comienza en el siglo XI, cuando los musulmanes, ante el avance del rey Sancho el Mayor de Navarra, construyeron una fortaleza para defender la zona. Sin embargo, en 1083, el rey aragonés Sancho Ramírez conquistó el castillo y posteriormente se reconstruyó. Poco después, cedió parte de sus derechos al monasterio de San Juan de la Peña y puso su administración en manos de tenentes, una situación que duró quince años.
Lo que queda hoy
En 1099, Pedro I de Aragón donó el castillo al monasterio de Montearagón. Más tarde, en 1267, Jaime I lo recuperó para instituir la baronía de Ayerbe en favor de su hijo natural Pedro. El hijo de este cambió la villa y el castillo por el señorío de Paternoy en 1329. Desde entonces, perteneció a la reina Leonor y a su hijo Fernando, hasta que Pedro IV de Aragón se lo arrebató.
Lo que queda hoy
Años más tarde, la baronía fue vendida a Pedro Jordán de Urriés. En 1396, el castillo sufrió un asedio por parte de las tropas del conde de Foix durante un intento de invasión del reino de Aragón. Con el tiempo, la fortaleza perdió su importancia estratégica y cayó en desuso, quedando en ruinas.
Lo que queda hoy
Sus restos se encuentran cerca de la ermita de San Miguel de origen medieval y las ruinas de la iglesia románica de San Juan. Aunque apenas quedan vestigios, entre el conjunto de estructuras degradadas que lo conforman se pueden observar algunos muros y un aljibe.
Actualmente se están realizando diversas campañas de excavaciones arqueológicas como parte de un proyecto de recuperación y puesta en valor del castillo d’os Muros en Ayerbe.
Aunque el castillo ya no se alza majestuoso, su historia sigue viva en las piedras que quedan. Pasear por “Os Muros” es como viajar en el tiempo, imaginando caballeros, monjes y reyes que alguna vez caminaron por sus pasillos. Es un lugar que invita a soñar y a recordar la rica historia de Aragón.
